2.28.2006

los abuelos





Querés que te prepare un tostado? Te hiervo un huevito. Ve comiendo el queso con pan, mientras te preparo el tostado. Vino? Te corto tomate fresco, el de casa. Tas cansado? Te preparo la cama? Te hago un huevito duro, no? Agua? Trae hielo, Manuel. Nosotros ya comimos. No puedo comer mucho. Hoy a la noche solo un te, me agarra taquicardia, a tu abuela le han hecho todos los estudios. Mi madre dice: a tu abuela le han hecho un documental del cuerpo, la grabaron toda y la estudiaron, mientras come una tostada de queso Finlandia, imitación argenta del Filadelfia. Mis abuelos: entonces diálogo continuo, circular, casi porque rima y porque sirve, astral. Mis abuelos hablan, constantemente, sin parar, el solo mero hecho de pensar un minuto de silencio podría generar un derramado sentimiento de incomodidad, de no hospitalidad. Continuo heterogéneo, ecléctico, puramente emocional, la asociación libre, profesional y afinada. Mi abuelo es un gran narrador, sentido relator de su vida. Hacedor de su mito, el mito personal llevado con silencio y paciencia, pero no por eso lleno de orgullo, locura y pasión. Mi abuelo no para de hablar de todo lo que se le pueda ocurrir, claro, temas recurrentes a saber: guerra civil, España de los años cuarenta, los catalanes, los primeros años en Argentina, el trabajo, este país ya no es lo que era antes, las cosas cambiaron, antes sobraba el trabajo, tu padre, mi padre, digo, que habla todo el rato de mi padre, se metió en política, yo intentaba hacerlo entrar en razón existe una versión diferente sobre esos hechos, relatada por otro mítico relator, mi padre, tu padre siguió militando hasta que mataron a su amigo, Raúl, mi segundo nombre recuerdo en el instante, una ristra de historias tétricas se suceden siempre ante un hecho triste, en general todas las historias son hechos tristes, deformación profesional trágica de la memoria cuando supera los ochenta años. Historias que marcan la trayectoria de la bala, del hombre bala, mi padre entonces en el circo sería el hombre bala, con un hijo bala, un hijo hombre que está como un cañón y paro, gracias amor por avisarme. Y mi abuelo no para, mi abuela que interrumpe con cosas como la manzana es tierna, me duele la rodilla, sabes que no puedo comer nada con sal, el kinesiólogo lo echaron donde tenía los aparatos y no puede atenderme, sabe más que el doctor Arqueta, la calor me mata, que calor y así, interrumpidamente puede hablar del calor y de la comida hasta lograr la pura abstracción de lo que dice, puntos como decir que no tomará mate y a los dos minutos estamos tomando mate. Podés creerlo, mi amor? Compartir todo esto con vos, eso digo. Podés creerlo? Podés imaginarlo, periquillo? Claro, horas de teléfono, de mails y palabras que intentan atrapar este tripy de emociones increíbles, de amor inconmensurable, plagado de puestas en escenas únicas y donde lo efímero es lo que prevalece en cada uno de los happenings autobiográficos que me genero. Tres días en el mar con mis abuelos. Solos. Solo 14 días en Buenos Aires. 3 en Mar de Ajo. Ciudad fantasma de mar, eterno derrumbe de lo no erigido. Mientras, mi abuelo no para de contarme una y otra vez, las mismas historias. Se arriesga hasta límites poco probables para gente de su edad. Hablarle de vos, de una relación homosexual, gay, maricon, produjo un avance increíble en el terreno de la confianza, mi abuelo, el gran relator, está suelto. Quiere más. Se anima. Como Juanma, que decidió hablar, no para, repite, continua, retoma, la idea es no parar, la no idea es no dejar de hablar, no por miedo al silencio, a la descortesía o cualquier sentimiento moral pedorro adulto, Juanma no para de hablar porque le gusta hablar, el hablar, las palabras, el sonido, del decir, la sonoridad de una erre, de una eme, porque con tres años hasta el devaluado acto de la palabra se convierte en una explosión de sensaciones, de juego de estímulo respuesta, la cara de la abuela Maruja cuando Juanma pronuncia la de, la ele, la jota, la cara de la bisabuela Amelia que se sorprende ante el solo hecho que hable, Juanma sabe esto y mucho más, por eso no para, como regalo, como agradecimiento al amor inmenso que recibe de todas esas mujeres maravillosas que conforman su familia, o lo que sean todos esos que él no sabe quien es hijo papá mamá o tío de quien, están los papás, las mámas y los abuelos, los demás son todos amigos. Si, amor, mi sobrino piensa que somos amigo, que Bob esponja es su amigo y que yo soy amigo de mi papá y aparte de ser su tío, además de ser amigo de mi hermana, todos amigos, una visión increíblemente revolucionaria de la vida, como el mundo de Bob el constructor, que todos son amigos y maricones. Bob, el tema recurrente de Juanma. Todas su variantes abuelo, abuelo, podemos ir al Easy, a ver a Bob el constructor. El esponsoreo de la ilusión, la gran superficie de venta alemana, cliente de mi padre, Easy, no solo contento con hacer feliz a la familia de mi sobrino, de hacerme feliz a mi y todo lo que mi buenaventura me deja repartir, todo lo que el dinero puede pagar, no contento con eso, también esponsorea la ilusión de mi sobrino, Bob el constructor tiene una embajada y esa es Easy, supermercados de artículos del hogar, construcción y decoración, patios de comidas y estacionamiento amplio, con servicio móvil de limpieza de coches, última fiebre en materia de estacionamiento, mi amor. Me lo quisieron lavar y no me deje, se que no te hubiera gustado que me laven el auto, así, porque si, de buenas a primeras, che. Sabes que yo me hubiera dejado, pero pensé en vos, hasta en eso, amor, hasta cuando tengo que limpiar el coche, y pensé, y dije: No, gracias. Gracias. Cuantas cosas podría asociar a este concepto, cuanta locura surrealista recurrente en mi y en todos los que me conocen, un saludo a mi viejos y a mi tíos que me están mirando. Mentira, mis tíos no me miran. Paro, obscenidad no controlada por la sensura de la autobiografía. Y mi sobrino no para, es una fuente inagotable de amor, de estímulo, una tranquilidad artística, che. Algo que decir, para toda la vida. Tenga un sobrino, se lo recomiendo. Tenga una hermana maravillosaquesafódelageneraciónbarbieytienedosparesdehuevos y que ella tenga un hijo. Y si puede, tenga un abuelo que se anima, que se arriesga, decía antes que antes me pusiera a asociar cosas de antes. Mi abuelo llega a límites de hablarme de ex novias de mi padre, una chica de Lomas de Zamora, muy buena chica, su madre no quería que estuviera con tu padre porque era un comunista, maoísta finalmente, cosa irrelevante para el 98% de los mortales que lo rodean a mi padre, salvo a mi, intuyo que ser o no ser maoísta, debe ser la clave, de pelo largo, y ella era de buena familia, abogados, eran cultos, pero bueno, luego conoció a Maruja que de repente ya no es mi madre, sino Maruja, una chica de 23 años, guapísima y plagada de misterios, y el la dejo a la chica de Lomas de Zamora, cómo se llamaba? No me acuerdo, Manuel, y tu padre la dejo porque la madre no quería que estuvieran juntos, intriga absoluta irresoluble de cuál fue la verdadera historia de este otro relato mítico de mi abuelo, y conoció a Maruja. Hay un raro ambiente en la conversación, algo quiere decirme el gran relator pero no se anima, se acuerda que Maruja es también mi madre, pero aún así, se anima, se arriesga y avanza, y me empieza a contar una historia mucho más surrealista que las tristes asociaciones post modernas que tan caro es de nuestra generación incapaz de poder expresar algo sin histeria y prisa, generación barbie primero, luego la generación estrés, stress generation, que poco se anima, mucho menos que mi abuelo, que empieza a contarme una historia de aumentos de sueldos, mi madre llorando, de mi padre defendiendo el sueldo y que buena manzana la que compramos, ay! La calor. Mi abuela se acaba de unir al grupo, tal vez, con el mayor talento, el de siempre aparecer en el momento justo de los compromisos o de las palabras o actos que pudieran generar algún conflicto, acá se habla de mi rodilla, de mi aorta y de la calor, tirana absoluta de las conversaciones, con la gracia y frescura de la doctora Queen en versión argento-gallego sin lejano oeste y más cercano a profundo inmigrante gallego que creció a los golpes en una Argentina siempre en llamas. Mi abuelo, para. No sigue, se une al tiroteo de las palabras de mi abuela y dejamos el llanto de mi madre, la lucha de sueldos y el frigorífico. Mito absoluto, nace una estrella. Nace la adrenalina. Locura generada por el discurso del Gran Relator. Quiero saber más, claro. Con la tranquilidad del que no espera verdad sino aromas y sueños, escenas abstractas e improbables, sin sentido más que el mero hecho de generarlas. Escucharlas. Y repetidamente, como tanto a él le gusta, o le sale, o vaya uno a saber que se le pasa por la cabeza de un abuelo, por la cabeza de un sobrino, de un niño de 7 años que tiene que repetir en un cuaderno, decenas de renglones con la misma palabra, marrón, marrón, marrón, marrón, marrón, marrón, marrón, marrón, marrón, marrón, marrón, marrón, marrón, marrón, marrón, marrón, marrón, marrón, marrón, marrón, marrón, marrón, marrón, marrón, marrón, marrón, marrón, marrón, marrón, marrón, increíble fuente inspiradora, los cuadernos de mi infancia, la forma descontrolada de la escritura y la imagen, el absurdo puro. Imposible reconocer algo que este en mis cuadernos, no soy yo, pero una etiqueta en la tapa reza mi nombre y segundo B. Yo siempre fui de B, y éramos los mejores, no como los de A, que eran más brutos, fríos, y menos los de C, los freakys sin onda, los que a nadie le importa. Yo era de B, los guapos, amables, amigo de los amigos y de las maestras, los maricones, claro. Los débiles pero que no se note, los que estábamos en el medio del freaky y el frío alumno de colegio inglés de barrio, si la asociación, mi amor, a esta altura, te parece muy forzada, no dejes de decírmelo o escribirme o mandarme un burofax, digamos que los de B éramos los políticamente incorrectos pero muy apreciables, queríbles, por tanto, nos salvábamos con nuestros encantos gays y de don de gentes, que a esta altura, creo que es casi lo mismo, el don de gentes y ser un poco maricón, no por eso culoroto, sino maricón como concepto, si es que cabe conceptos en este mundo de pijas, chongos y marcha del orgullo, que tan bien nos la pasamos todas, no? claro, así, así, un poquito más duro, un poquito más freaky, un poquito más C, cada vez menos B me fui poniendo en la vida, cada año mi vida se iba a la C, descenso, desmejoría, seguro, no suena bien, no me suena la campana de la popularidad ni de la comida está servida. Entonces deviene la crisis personal, la reinvención mítica de uno mismo, el abandono del minimalismo y el comienzo de una vida más genuina, por tanto, más plagada de riesgos y abandonos, plena de locuras y abismos, la certeza que nada importa al menos que uno lo decida, el infinito camino de las emociones, de novia, de novio, de nada, no hay de que. Deviene la autobiografía, la mirada indiscreta de mis trapitos, la repetición furiosa, la repetición como idea revolucionaria y en el fondo, sin salida. Y leo las mil y una hojas de mis cuadernos de la primaria con repeticiones fantásticas y dibujos postneodadaistapatagonicocruzaconovejagallega. Los cuadernos de la escuela, los cuadernos de inglés, prueba concreta que no recuerdo nada, no soy eso ni lo otro, yo no escribí eso, ni sabía tanto inglés con ocho años, que no entiendo porque el cuaderno de inglés es verde y el de castellano, azul, y que me pareciera tan normal y natural hace 21 años atrás, nada es reconocible, salvo los dibujos, los colores, las formas que fueron trazadas, sí las reconozco. Son mías, las puedo ver, llego a sentir el movimiento de mi mano. Me parece más natural que miles de fotos. Los dibujos de mi infancia hablan de mi, soy yo, lo veo, sensación 3d única, que ningún otro formato de la memoria, o recuerdo o testimonios o los 32 renglones semióticos que me voy a ahorrar, claro, digo que ninguna otra forma del olvido-recuerdo me ha generado esta emoción 3d, como ser la foto, super 8 o relato mítico de relatores estupendos. Los dibujos es el estímulo mas violento. El trazo rojo como idea revolucionaria y abstracta de mi condición. Una bizarra perspectiva y por tal, un extraño uso del espacio. Síntesis incapaces de dar cuenta con el todo de una idea pero no por eso dejan de ser interesantes, intrigantes por la subyacente energía del trazo. La convicción de lo indescifrable. El amor al acto en cuestión. La entrega absoluta al dibujo que hace tu boca al besarme, el trazo de tu mirada destellante hinchada de amor y pasión. Te dibujo, anarquía de la forma. La alegría de poder dibujarte en mi cama, una y otra vez, todo el rato, repetición preferida, la más lindas de mis repeticiones, liberada de la obsesión del trazo perfecto de dibujante profesional, lejos del virtuoso y más cerca de un improvisado dibujo realizado en el aire por un mago.


Muchos quedaban vivos, y se escondían en los pueblos cercanos, los colgaban del puente, agarrados del borde, y les cortaban los dedos y caían, y les disparaban y se ahogaban, pero algunos quedaban vivos y se escondían en los pueblos cercanos, dios mío, la calor, me mata la rodilla, que le vamos a hacer, algo hay que tener, no? más arroz con leche? Los de la República tampoco eran unos santos, yo he visto cosas, Manuel, cámbiate la camisa, Franco era así de petizo, no tanto Manuel, sí, lo tuve muy cerca, era así, si seguimos la descripción de Franco, por parte de mi abuelo, Franco es un enano de circo, literalmente. Lo fue, claro. Tienes que poner en remojo el arroz la noche anterior, que no quede nada de almidón, una de arroz y tres de agua, el arroz con leche no tiene que tener mucho azúcar porque sino es muy pesado por eso le pongo una cucharadita de sal al agua cuando hiervo el arroz, ay! qué calor, tengo rodilleras, abro la puerta del baño para que entre fresco. Concatenación de temas, conceptos, mi abuela es capaz de asociar lo imposible, salta de una esfera a otra, Ana, ex novia fantástica que quedará en los corazones de todos los familiares y amigos de Buenos Aires, Ana, la mejor, la más buena, la novia, la mujer, mi mujer, la que todos conocieron y vivimos y muchas gracias por todo, llamo cuando llegue. Mis abuelos quieren a Ana, claro. Parlamentos esquizoides, donde hablo de la tortilla de Joaquín, tuya amor, esa misma, y luego deviene un enorme párrafo de Ana y qué lástima que no siguió lo tuyo con Ana, lamento de un hombre que cumplirá con su mujer Amelia, mi abuela, 60 años de casados, cumplen el 12 de agosto. Yo les cuento que con Ana ya no nos hacíamos felices, que quería estar solo, que ahora tengo un novio, hombre, gay, si eso, todo eso, a un hombre que paso por guerras civiles, campos de concentración, inmigración pura y dura, crecimiento en Argentina país de locos y violentos, absurdos arrebatos de electro shocks en la realidad de este buen hombre y buena mujer, mis abuelo. Cordialmente mi abuelo se ahorra el discurso de para tu abuela y para mi no siempre fue color de rosa la relación. No aclares, abuelo. Gracias. Sos enorme. Emoción, solo emoción. Estar el 12 de Agosto, y van más las locura, los deseos. Té imaginás? Pero todo no se puede en la vida, qué le vamos a hacer, llamá cuando llegues. Los tres en la playa, en un parador, mi abuelo ligando con la camarera, que quiere que ligue conmigo, reiteradas visitas durante dos días al mismo sitio hace que, provoca me, siento me con una relación formal con la camarera, mi abuelo insiste, mi abuela apuesta, me aclara que fue Miss Mar de Ajo hace unos años, cuántos, pense? Puto remilgado, eso no se piensa. Luego de reiterados encuentros, pienso que nunca estuve con una Miss algo, a lo sumo con una Mademoiselle pero no con una miss, el abuelo lo sabe, o creo yo, insiste y ya somos casi novios, hermosa historia de verano que me queda, un amor de verano, como cambian las cosas, no? Cómo quitarle la ilusión a mi abuelo, que si por él sería, ya nos hubiera casado, o se la hubiera hecho él, digo, que ese hombre se lo ve tan excitado que no puedo ser descortés, amor, creo que me voy a casar con esta camarera ex miss Mar de Ajo, pasaré la luna de miel en el hotel estilo art deco llamado Hotel Marcela, ventanas raras, un diseño desmedido para la zona, tanto como pasarme la luna de miel y todos los años bisiestos comiéndome un coño de una miss, flagelo de un bisexual, homosexual, heterosexual, todo eso soy, somos y seremos, por el fin de los días, amen. El arroz debe hacerse despacio, lentamente. Hacer un arroz con leche con mi abuela. Happenings constantes, ir a la playa con estos dos viejitos, al supermercado, comer, dormir, caminar, poner el azúcar y la leche, una vez hervido, apagar y tapar, remover una y otra vez las emociones, los recuerdos, sin orden ni ley, el arbitrio de la memoria, el azar de la asociación, el discurso oral como lo más vivo de la lengua, de la vida, la capacidad de reinventarnos cuando hablamos. La palabra como ideograma, los recuerdos de mi abuela como ideogramas chinos, como los que nos tatuamos vos y yo, amor. Emoción de un marinero, como mi otro abuelo, muerto hace poco, yo en Madrid, no poder abrazar a mi madre, a mi abuela María, distancia, aceptación y el tiempo pasa y nos vamos poniendo viejos, gracias a la vida que me ha dado tanto, y más y más maravillas del cancionero internacional que de forma tan cutre a dado cuenta de las lindas emociones que conforman la vida absurda de un ser humano en este mundo quebrado y penoso. No se que sería de este mundo sin vos, sin estos happenings, sin Bob el constructor, Easy y su dinero, y mi sobrino, eterno enano inspirador, hermosa locura de mi vida, que tengo ganas de apretarlo y morirme cuando me despida de Juanma, de mis abuelos, de mucho amor que hay por acá y que no se puede gozar a 11000 kilometros, que no pasa nada, lo elijo, se aguanta, así es la vida, cuándo volvés? Pensás volver? Pregunta constante, tímida, sin agresión, desde el amor, sólo dos abuelos que preguntan sin daño alguno, solo amor, amor, otro día más sin vos, no se aguanta. Estar solo, que raro se me hace ahora, con lo bien que lo llevaba, che. Ir probando si le hace falta azúcar o más leche, remover, todo el rato remover, compramos la vaca para criar a tu padre, el maoísta, el que se caso con mi madre, el que está enojado conmigo ya no se sabe porque pero que más da, es un hombre fantástico, único, lo admiro por los cuatro costado, la suerte de tener un padre así, de haber sido hijo de la Revolución y no morir en el intento, la vaca daba leche fresca, pesada, tu padre por eso salió como un toro de fuerte, la vaca de mi padre, otra imagen increíble, y esa leche asquerosa, pero fuerte, claro, es que no teníamos mucho en esa época en Galicia, éramos pobres, la emoción de un pasado mítico, de campo, campo gallego, y yo que te escribo en el portátil en Mar de Ajo, vos en Madrid, yo que gasto cientounpesos en un llamado, que no puedo estar sin vos, quiero reírme con vos, de vos, para vos, que lo miras por internet.

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